10 criterios sobre la atención al cliente como un “arte supremo”
Todo trabajo implica atención al cliente. Así que toda formación para verlo como arte supremo es una ganancia.
Por un lado, planteamos que es un asunto de vida, porque la atención que brindas a otros depende de cómo te atiendes tú, como persona:
¿Te preparas para atender? ¿Cuidas tu postura física? ¿Cuidas tus respuestas? ¿Cuidas tus mensajes?
Por otro lado, la atención involucra comunicación y esta impacta nuestra calidad de vida. Mejorar nuestra manera de comunicarnos nos permite producir relaciones edificantes.
En este sentido, te invito a reflexionar asobre las siguientes 10 ideas de la atención al cliente desde la perspectiva de un «arte supremo».
1) Necesitamos una visión más amplia del cliente.
En la antigua Roma, los patricios decían “cliens” con “alguien a quien me debo” (deber = compromiso). Sin duda, es un enfoque más humano e interesante que la simple visión transaccional o mercantil.
Considerar que tenemos 3 ámbitos de clientes, nos facilita ver la importancia de ser coherentes con todos. Si no los trato a todos con el mismo compromiso, no me verán como alguien confiable.
2) Usamos «arte» para recordar e inspirar lo mejor de la gente.
Aunque la palabra arte se asocia a los estereotipos de las artes estéticas o escénicas, si las empresas la usaran como un valor de trabajo (una conducta deseada), sería muy productivo.
El arte es una manera de trabajar, que conecta positivamente con los clientes, porque involucra lo mejor de una persona: su creatividad, dedicación, compromiso y pasión.
3) El arte en el trabajo es hacer las cosas ordinarias de manera extraordinaria.
Hacer las cosas «con arte» te permite mostrar mejor a los clientes tu profesionalismo en cada acción, aunque parezca mínima.
Involucrar la palabra arte en el trabajo, nos recuerda con efectividad las abundantes oportunidades de tener gestos extraordinarios con los clientes, todos los días.
4) Trabajar con “arte” implica mucha práctica.
El enfoque del entrenamiento en el arte suele ser superior al de otras profesiones.
El artista de alto nivel se prepara más para su labor cotidiana. Su continua preparación es parte integral de su trabajo, y no una capacitación aparte.
Esta visión del entrenamiento lo aplican las empresas que producen experiencias memorablemente positivas en los clientes, como Disney.
5) Usamos «arte supremo» para recordar un significado superior.
Es una expresión que tomamos prestada de la premiada película “La vida es bella”, como un homenaje al trabajo de atender personas con un nivel superior de profesionalismo.
Relacionar la atención al cliente con “el trabajo de Dios” (como aparece en la imagen), busca dignificar el trabajo de atender clientes.
Cuando no se tiene esta visión y capacitación de la atención, muchos creen que atender bien es adular o actuar con servilismo.
6) Diferenciar la atención del servicio.
Entender las diferencias entre servicio y atención nos permite entender por qué la atención tiene más impacto en los clientes. Por ejemplo:
• Si brindas un buen servicio, pero con mala atención, los clientes se sentirán insatisfechos.
• La mayoría de los clientes son comprensivos de las fallas de servicio, si los atienden con excelencia profesional.
7) Tu aprecio por el cliente debe ser verdadero.
Si finges que los clientes te importan, se darán cuenta y te rechazarán. Tu misión es servir, sin actuar de manera servil.
Tu profesionalismo en atención lo demuestas cuando tus conductas reflejan que valoras de verdad a cada cliente, independientemente de que que te caiga bien o no.
8) El reto es buscar influir positivamente en los clientes.
Recuerda: atender no es lo mismo que atender bien.
Atender con “arte supremo” es asumir los retos de buscar influir positivamente en cada cliente que atiendes.
Uno de esos retos es demostrar que entiendes las diferencias entre atender con excelencia profesional y atender con indiferencia.
9) En atención al cliente, cada palabra cuenta.
El medio esencial de atención al cliente es el lenguaje. Por eso es necesario ser cuidadosos con todos los mensajes que transmitimos, de manera explícita o implícita.
Para un cliente no hay mensajes inocentes. Siempre puedes utilizar un lenguaje que transmita más deseos de atender y una mayor disposición de ayudar.
De esta manera obtendrás más confianza.
10) Ejercita tu atención practicando cambio de saludo.
En atención al cliente, el saludo tiene un efecto emocional inicial determinante de la interacción que tendrás.
Si saludas de manera automática e inconsciente, con el cliché “¿cómo está?”, te arriesgas a la peor respuesta y proceso.
Cambiar de saludo es una formidable oportunidad de hacer gimnasia mental para rescatarte de la rutina e influir positivamente en los clientes, desde tu primera interacción.
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¿Qué opinas de esta visión de la atención al cliente como “arte supremo”?
¿Qué ganas al verte tu mismo como cliente interno personal?
¿Para qué te sirve tener de tus familiares una perspectiva de “clientes internos personales”?
Para profundizar estas ideas te invito a leer el libro Arte Supremo. 50 prácticas de buena atención al cliente.
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Muy nutritiva la lectura. Me recuerda que «los clientes buscan asesores felices». Un asesor feliz es aquel que en su entorno cuida cada detalle, desde su familia, amigos y compañeros, hasta su presencia. Nadie puede dar algo de la cual carece. Por ello es tan importante enseñarle a los asesores a manejar sus emociones. Un cliente atendido con felicidad y autenticidad, es un cliente para toda la vida. Agradezco las lecturas complementarias, el curso ha sido de mucho provecho.
Estimada Lisbeth, te felicito por tomar el tiempo de leer el artículo y comentarlos con amplitud. Sentirnos felices por entender el trabajo como una oportunidad de ayudar a los clientes hace una gran diferencia. Saludos.