Para agudizar tu inteligencia emocional, hazte estas 3 preguntas

En función de agudizar tu inteligencia emocional, antes de decir algo, te puedes hacer estas 3 preguntas:

1) ¿Es necesario que esto sea dicho?

2) ¿Es necesario que esto lo diga yo?

3) ¿Esto necesita ser dicho por mí ahora?

Hacer una pausa de unos pocos segundos pueden hacer una gran diferencia para comunicarte con efectividad.

Para ilustrar el uso de estas 3 preguntas:

Imagina que estás en una tienda de artículos de oficina. Alguien te interrumpe sin querer y te sientes tentado a decirle lo que piensas.

• ¿Es necesario que esto sea dicho? Para nada.

O alguien que no conoces en las redes sociales te provoca con un comentario y te tienta a responder con un sarcasmo de superioridad, o a debatir horas sobre el tema (del que, obviamente, sabe menos que tú).

• ¿Es necesario decir eso? De ninguna manera. Sigue adelante y concéntrate en cosas más importantes.

O imagina llegar a tu casa y tener que decirle a tu pareja que surgió algo del trabajo y deben cancelar la cena del fin de semana. Pero te das cuenta de que tu pareja ha tenido un mal día:

• ¿Es necesario decir esto? Si, por supuesto.

• ¿Es necesario que esto lo diga yo? Definitivamente.

• ¿Esto necesita ser dicho por mí ahora? No. Mejor espera hasta que estén de mejor humor y tengas una idea para compensar la situación.

Como puedes ver, este rápido diálogo mental es como un salvavidas, que te ayuda a evitar decir cosas que después te arrepientes.

Ver con más claridad lo que debes decir y cómo hacerlo

Al mismo tiempo, las 3 preguntas te clarifican ver cuando hablar es lo que más te conviene.

Tendrás casos en los que tu respuesta a cada pregunta sea un rotundo sí (“esto debe ser dicho por mí, ahora mismo”), aún al iniciar una conversación difícil, tanto para ti como para la persona con la que estás hablando.

En esos casos, las 3 preguntas te inspirarán confianza y te ayudarán a ser asertivo.

Por ejemplo, imagina que un miembro de tu equipo de trabajo llega tarde a una reunión por tercera vez consecutiva.

Pensaste en abordarlo la última vez, pero no lo hiciste y ahora te preguntas:

• ¿Es necesario decir esto? Si, por su puesto.

• ¿Es necesario que esto lo diga yo? Depende de ciertas cosas, pero si te ha molestado, sí.

• ¿Esto necesita ser dicho por mí ahora? ¡Sí!

Claro, si quieres abordar el caso con inteligencia emocional, deberías plantear algo como “¿Pasó algo? ¿Está todo bien?”; y no “Hay que cortar esto de raíz”.

Este enfoque con inteligencia emocional te facilita llegar a la verdadera raíz de la situación y logra que la otra persona sienta que intentas ayudar y no dañar (clave para inspirar un cambio duradero del asunto).

En caso de que dudes de hablar en el momento

Si tienes la tendencia a dudar de hablar en situaciones incómodas, puedes variar la tercera pregunta:

• Si no digo esto ahora, ¿me arrepentiré más tarde?

Igual puedes usar ambas preguntas, adaptándolas al caso. Y no sería 3 preguntas sino 4.

Pero si te encuentres a punto de decir algo de lo que puedas arrepentirte después, detente. Haz una pausa y realízate las 3 preguntas.

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